Te confieso que empiezo a odiar el iPhone que me compré con tantas ganas, te confieso que me he cansado de mirar constantemente el mail, te confieso que odio vivir la vida a través de pantalla, te confieso que necesito que me desintoxiquen. ¿Cuándo el móvil comenzó a dominar tu vida?
Me hago esta pregunta un domingo que decidí apuntar en un papel todas las veces que consultaba mi móvil. El resultado aún no me lo creo: 210 veces.
Y menos mal que fue un día no laborable, un día que no recibí muchas llamadas o Whatsapp y que no tenía muchos correos por contestar.
¿Qué hago para consultar tantas veces este aparato?
-Miro la hora ¿cuándo dejé de llevar reloj?
-Me comunico mediante llamadas y mensajes WhatsApp
-Capturo momentos a través de la lente del iPhone
-Escucho música durante los trayectos en transporte público
-Calculo las rutas que hago cuando salgo a correr gracias a diferentes aplicaciones
-Escucho podcast cuando no puedo escuchar programas en directo
-Consulto los últimos movimientos bancarios
-Leo y respondo correos electrónicos constantemente (ya sea lunes o domingo)
-Me levanto por la mañana con la alarma “Campanillas”
-Consulto la agenda donde apunto reuniones y cenas con amigos
-Me dejo guiar con la App de Google Maps cuando no tengo ni idea donde estoy
-Instagram, Twitter, Facebook, Line, YouTube …
Y seguramente me dejo 1000 acciones más que instintivamente hago sin saber por qué. Pero no sólo es el móvil… ¿Cuántas veces acudo al iPad? ¿Cuánto tiempo paso al día frente a la pantalla del ordenador? ¿Cuánto tiempo después de trabajar veo la televisión?
¿Estamos viviendo la vida a través de pantallas?
Asistimos a un espectáculo (como un concierto) y somos tan tontos que preferimos ver el espectáculo a través de la pantalla del móvil, en vez de disfrutar del directo. ¿Por qué? Porque tenemos la obsesión de capturarlo todo y después compartirlo en las redes con nuestros seguidores.
La culpa no la tiene el móvil, por supuesto, la tengo yo y soy totalmente consciente. Me he dado cuenta que paso demasiado tiempo frente a distintas pantallas y que sobre todo el móvil se ha convertido en una prolongación de mí mismo.
Me gusta la tecnología y creo que es útil, pero nos está convirtiendo en personas cada vez más individualistas, solitarias y con menos conexión con el mundo real.
Somos capaces de comunicarnos y de llegar a miles de personas de diferentes lugares del mundo, pero lo hacemos en solitario, encerrados en una habitación frente a una pantalla de ordenador, carentes de cualquier relación humana.
El ejercicio que te invito a realizar es muy fácil, sólo se trata de apuntar en un papel todas las veces que acudes al móvil y seguro que el resultado te sorprenderá.
¿Qué se ha hecho de la conversación y de nuestro instinto innato de relacionarnos?